Debes actuar según tu razón, y no según tus emociones

 

A veces necesitamos parar, dejar tanta prisa que llevamos y parar un poco. Debemos detenernos antes de que choquemos contra una enorme piedra atravesada en el camino. La lucidez mental y espiritual es tan importante en la vida de cada uno de nosotros, que nos permitirá tomar mejores decisiones, e incluso poder beneficiar a los demás con nuestras acciones.

Pero que es la lucidez mental. Bueno, en ocasiones tenemos tanto enojo por alguna situación. Quizá te haya pasado algo mientras ibas al trabajo o a la universidad. Te hayas chocado con otro auto, o te hayan hecho retrasarte en el trayecto, o

simplemente te enojas con alguien por X o Y razón. Es ahí, en esos momentos, donde desconectamos la mente y la razón de nuestro sistema y permitimos que las emociones imperen y gobiernen nuestras acciones.

Podríamos decir o hacer cosas de las que probablemente nos arrepentiremos después. La sangre caliente hace que actuemos equivocadamente en situaciones extremas. Lo bueno de todo esto es que nuestra mente, nuestro cerebro siempre retomará el control, y nos hará entrar en razón. La diferencia está en si toma el control a tiempo o demasiado tarde.

 

Hace poco vi un documental acerca del funcionamiento del cerebro, en el que David Hempleman-Adams contaba cómo fue su experiencia al intentar romper el record de viaje hacia el polo norte en globo individual. Contaba que debía permanecer despierto durante la mayor parte del viaje de 2400 Km, y dormir en intervalos de tiempo muy cortos. Pero en las primeras 48 horas del viaje, el enorme cansancio y la sensación de sueño lo hicieron sentar en la base del globo y quedar profundamente dormido.

Su cerebro se desconectó completamente y lo hizo dormir. Solo hasta que el globo empezó a descender hasta los 2000 metros de altura, y se activo la alarma del piloto automático, David se despertó completamente aturdido y pensando inicialmente en huir de la fuente de ruido. Lo primero que hizo fue tratar de descender del globo, a 2000 metros de altura.

Eso habría sido una catástrofe. Unos segundos después, su cerebro tomó el control de su cuerpo y de la situación, haciéndole caer en cuenta de las consecuencias que traería lanzarse del globo.

La manera en que reaccionamos ante una situación extrema puede traernos consecuencias, buenas o malas. Trata de controlar tus impulsos, de que siempre sea tu razón y no tus emociones las que tomen las decisiones. Serás más feliz si eres consciente de que tienes el control de las situaciones de tu vida, aun cuando parezcan totalmente desastrosas.

Me gustaría que me dejes un comentario de este artículo, y me cuentes en que situaciones no has podido controlar tus emociones y has actuado precipitadamente. Yo mismo estaré respondiendo tus comentarios personalmente.

 

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